Como escuchase un llanto, me paré en el repecho
y me acerqué a la puerta del rancho del camino.
Un niño de ojos dulces me miró desde el lecho
¡y una ternura inmensa me embriago como un vino!
La madre se tardó, curvada en el barbecho;
el niño, al despertar, buscó el pezón de rosa
y rompió en llanto... Yo lo estreché contra el pecho,
y una canción de cuna me subió, temblorosa...
Por la ventana abierta la luna nos miraba,
el niño ya dormía, y la canción bañaba,
como otro resplandor, mi pecho enriquecido...
Y cuando la mujer, trémula, abrió la puerta,
me veía en el rostro tanta ventura cierta
¡que me dejó el infante en los brazos dormido!
Gabriela Mistral.
Un niño de ojos dulces me miró desde el lecho
¡y una ternura inmensa me embriago como un vino!
La madre se tardó, curvada en el barbecho;
el niño, al despertar, buscó el pezón de rosa
y rompió en llanto... Yo lo estreché contra el pecho,
y una canción de cuna me subió, temblorosa...
Por la ventana abierta la luna nos miraba,
el niño ya dormía, y la canción bañaba,
como otro resplandor, mi pecho enriquecido...
Y cuando la mujer, trémula, abrió la puerta,
me veía en el rostro tanta ventura cierta
¡que me dejó el infante en los brazos dormido!
Gabriela Mistral.
2 comentarios:
Bello poema mi amor, donde se expresa el amor de la madre por su hijo, como dice el dicho: "Madre solo hay una".
Dios y la Virgen te cuide esposita amada.
Un poema de muchas voces en la voz del poeta. me gustó muchisimo.
Publicar un comentario